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Continuo vs. discreto: Simulación de eventos discretos

Los sistemas se suelen categorizar como continuos o discretos.

  • En un sistema discreto, las variables de estado cambian sólo en instantes concretos (discretos) de tiempo. Por ejemplo, un autómata que controla una planta es un sistema discreto; la navegación por una página web es también un sistema discreto, ya que el estado de la página sólo cambia cuando hacemos clic con el ratón en un nuevo enlace.
  • En un sistema continuo, las variables cambian en cualquier instante de tiempo de manera continua. Un termostato, un motor, un proceso químico... son sistemas continuos.

Esta clasificación, aunque útil y usada actualmente, no define realmente dos categorías estancas de sistemas: lo normal es que los sistemas combinen características o entidades de los dos tipos. Por ejemplo, un computador, por construcción, es un dispositivo discreto; por lo tanto, cualquier planta donde empleemos un microprocesador para el control, se convertirá automáticamente en un sistema híbrido.

Dentro de los sistemas discretos, tenemos los denominados sistemas de eventos discretos. En estos sistemas, las variables de estado cambian en un conjunto de instantes de tiempos no regulares. Estas ocurrencias instantáneas que provocan el cambio de estado reciben el nombre de eventos.

El concepto de continuo y discreto se aplica también a los modelos. Sin embargo, un modelo discreto puede emplearse para representar un sistema continuo, y viceversa.

La simulación de sistemas de eventos discretos o simulación de eventos discretos, para abreviar, consiste en emplear el concepto de evento para simular cualquier sistema real. En el resto de esta cápsula, nos referiremos a este tipo de simulación por su acrónimo inglés DES (Discrete-Event System Simulation).